En México: 50 células anarquistas en guerra vs el capitalismo y el Estado

México. 16/10/2016. (Zósimo Camacho|Contra Linea.com.mx).- En México hay en curso una insurrección anarquista, con 50 grupos y células en guerra contra el capitalismo y el Estado. La seriedad de la “amenaza negra” ha provocado que en la Agenda Nacional de Riesgos se le considere de atención prioritaria, sólo por debajo del narcotráfico y los movimientos sociales, y muy por encima de las guerrillas rojas.


Que se ilumine la noche y que se sacuda la ciudad; que el estruendo despierte a los poderosos y su servidumbre. Que el sonido de las balas movilice a sus cuerpos represores; y que se derrumben sus templos civiles y financieros. La Revolución es hoy y no espera que se organicen las masas. Es la fiebre contagiosa del clandestino anarquismo insurreccionalista. Se propala, festiva, entre lecturas, debates, conciertos; y conspira noche tras noche.

En lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto (4 años), la insurrección anarquista ha concretado, al menos, 40 “acciones directas violentas” contra oficinas gubernamentales, bancos, centros comerciales, megaobras e intereses de las grandes empresas: enfrentamientos armados, ataques, explosiones, incendios, sabotajes, destrucciones, boicots.

Por “política de seguridad nacional”, estos hechos violentos no trascienden a los medios de comunicación. Sólo se llegan a conocer los que reivindican públicamente algunos de estos 50 grupos.

La efervescencia del movimiento clandestino ácrata insurreccionalista no ha pasado inadvertida para los organismos de inteligencia y seguridad nacional mexicanos. Hoy ocupa el mayor nivel de atención de las áreas de inteligencia, sólo después del narcotráfico y los movimientos sociales, según la Agenda Nacional de Riesgos 2015, documento de carácter “secreto” cuyo custodio es el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

En los últimos 8 años, casi 50 grupos anarquistas de corte insurreccionalista han realizado más de 220 acciones violentas contra intereses capitalistas y estatales. El recuento está contenido en el expediente Acciones de grupos autodenominados anarquistas, insurreccionalistas, eco extremistas y/o eco terroristas, elaborado por el organismo de inteligencia civil del Estado mexicano, el Cisen.

Por su parte, las versiones 2013, 2014 y 2015 de la Agenda Nacional de Riesgos, a las que Contralínea tuvo acceso, dan cuenta de la emergencia anarquista que “preocupa” a los encargados de elaborar productos de inteligencia para consumo de las Fuerzas Armadas y los órganos civiles de seguridad nacional.

Sobre todo porque en estos documentos confidenciales –para consulta exclusiva de funcionarios de la “comunidad” de inteligencia– se reconoce que las autoridades no cuentan con “un esquema de coordinación interinstitucional consistente para atender el tema”, como dice textualmente la Agenda Nacional de Riesgos.

Según este documento –que elabora anualmente el Cisen con base en la información propia y de las otras dependencias gubernamentales que integran el Consejo de Seguridad Nacional–, las acciones de los grupos anarquistas insurreccionalistas “son cada vez más violentas”. Incluso, en el “Diagnóstico General” del capítulo dedicado al anarquismo, se advierte de una  “radicalización de las acciones de las células anarquistas de acción directa”.

Ante la insurrección anarquista, la mayor vulnerabilidad que reconoce el Estado mexicano –según el documento– está constituida por las “insuficientes medidas de protección física en instalaciones estratégicas”. El grado de riesgo asignado a esta “vulnerabilidad” es “alto”.

El Consejo de Seguridad Nacional (CSN) participa en la elaboración de la Agenda Nacional de Riesgos y le da seguimiento. De acuerdo con la vigente Ley de Seguridad Nacional, está integrado por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto y los titulares de las secretarías de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong; Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda; Marina (Semar), Vidal Francisco Soberón Sanz; Hacienda y Crédito Público (SHCP), hoy José Antonio Meade Kuribreña; Función Pública (SFP, en estos momentos sin titular pero como encargado del despacho Javier Vargas Zempoaltécatl); Relaciones Exteriores (SRE), Claudia Ruiz Massieu; Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza; la Comisión de Seguridad Pública (CSP), Renato Sales Heredia; la Procuraduría General de la República (PGR), hoy Arely Gómez González, y el director del propio Cisen, Eugenio Ímaz Gispert.

Mientras, el documento del Cisen Acciones de grupos autodenominados anarquistas, insurreccionalistas, eco extremistas y/o eco terroristas fue elaborado por el organismo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación (Segob) y entregado como “Anexo 1” de la respuesta a la solicitud de información con folio 0410000023116 presentada por Contralínea.

Los insurrectos

Aunque en el documento se señalan “306 acciones” cometidas por 74 organizaciones entre el 26 de marzo de 2008 y el 22 de julio pasado, no todas son obra de grupos anarquistas. Alrededor de 220 sí han sido realizadas por grupos anarquistas y ecoanarquistas insurrecionalistas, 40 de ellas ya durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Otras 82 acciones cometidas por 26 grupos en realidad son obra de ecoterroristas o ecoextremistas. Además, cuatro han sido reivindicadas por dos grupos fascistas.

En el documento no se establece si todos los grupos existen o si algunas acciones, como se puede inferir, son cometidas por células de organizaciones más grandes que en determinados ataques utilizan otros nombres.

En los últimos 8 años, los grupos anarquistas insurreccionalistas más activos han sido, según el documento elaborado por el Cisen: el Frente de Liberación de la Tierra, con participación en 52 acciones directas violentas; el Frente de Liberación Animal, con 44; las Células Autónomas de Revolución Inmediata Práxedis G Guerrero (CARI-PGG), con 32; la Federación Anarquista Informal, con 30; y, entre otras, la Conspiración de las Células de Fuego, con 12.

Las CARI-PGG se disolvieron, como grupo, en noviembre de 2013. Permanecieron activas por casi 5 años. Como señalan en un comunicado de 2016, quienes las integraron dejaron de actuar como CARI-PGG pero de manera individual y en grupos siguen militando en el anarquismo insurreccionalista y realizando “acciones violentas”.

Algunas de las acciones de esta corriente de anarquismo se han llevado a cabo de manera coordinada entre dos o más agrupaciones. La Ciudad de México ha sido la entidad con mayor número de ataques: 91. Otros estados con más de 10 acciones cometidas por anarquistas insurreccionalistas de 2008 a la fecha son el Estado de México, con 79, y Jalisco, con 16. Y entre una y nueve acciones se han cometido en: Oaxaca, Baja California, Guanajuato, Veracruz, Coahuila, Durango, San Luis Potosí, Quintana Roo, Chihuahua, Querétaro, Hidalgo, Nuevo León, Tlaxcala y Puebla.

Atentados contra universidades y centros de investigación

En el documento de respuesta a Contralínea, el Cisen destaca que “el término anarquista no está especificado en la legislación mexicana vigente”. Y señala que el organismo “no atribuye la autoría de atentados a ninguna persona o grupo identificado por su ideología”.

Para leer la nota completa visita la página de Contralínea 

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